Share/Bookmark

LAS CASUALIDADES NO EXISTEN

No comment yet

Se dice que muchas vidas están ligadas a través del tiempo, conectadas por un llamado ancestral que hace eco a través de los años... y algunos lo llaman destino. 

Tenía dudas sobre como empezar este post, pero luego de mucho meditar aquí estoy. Nuevamente. Hace mucho tiempo que no lo hacia. Que no escribía. Que no me detenía. Siempre corriendo. Años para ser exacto, pero bueno, digamos que el tema apareció y tenia que aprovechar que las palabras aún daban vueltas por mi cabeza. Otra vez.

Una vez, alguien me dijo que se debe escribir sobre lo que uno sienta. Y es cierto, cuando escribes sobre lo que en ese momento te hace sentir -sea bueno o malo- se escribe con más facilidad (y con más corazón) Es algo que sale de ti en bruto, sin filtros, así que allí vamos.

El universo conspiro para volver a escribir y la única frase que puede resumir todo esto, es la que utilice aquí como titulo: Las casualidades no existen. Empiezo a pensar que este universo en particular es muy obstinado, testarudo, terco, empecinado, obstinado, pertinaz, porfiado, tozudo, constante, obstinado, paciente, porfiado, tenaz, terco y perseverante -o tal vez soy yo. 

Por los motivos que sean -ya que me he quedado sin sinónimos- más allá de mi comprensión, existe un algo conspirando de algún modo y al que normalmente no le prestaba importancia. Tal vez es el tiempo correcto, no lo sé, pero últimamente mi universo no para de enviarme mensajes. Casualidades.

Y no son mensajes que puedas contestar con un simple hey. No. Son mensajes un poco más profundos, de esos que te dejan sin palabras al inicio, pero que hacen que puedas conversar sobre aquello que pensabas imposible y que al mismo tiempo te alegra que ocurra. No antes, solo ahora. Y volviendo al tema de las casualidades, existen muchas teorías sobre ellas -y las he buscado todas, porque no tengo todas las respuestas que quisiera. ¿La conclusión? Siempre es la misma. Las casualidades no existen. 

Dicen que son mensajes o señales que algo o alguien te hace llegar para que prestes atención. Es posible. Algunas teorías hablan incluso aquí del nefasto destino, otras de las estrellas que se alinean de un modo particular (15/11), de señales divinas, del espíritu santo, la Rosa de Guadalupe y de un largo etcétera. 

Los árabes tienen también una palabra para esto, y es una de mis favoritas: Maktub. Maktub es una palabra que, en árabe significa lo que está escrito. Si, eso suele ponerme la piel de gallina. Tal vez lo que nos ocurre no son casualidades, son hechos que deben pasar para que se cumpla el plan de nuestra vida. Para que sigamos el camino, que según Maktub ya tenemos marcado. Que tenemos escrito.

Existen muchas teorías en diferentes culturas para expresar lo mismo, que las casualidades no existen y que en todo caso debes prestar atención a estos mensajes que llegan a tu vida en forma de pequeñas cosas alrededor, cosas anecdóticas como llegar tarde al aeropuerto cuando estás a punto de viajar, una fecha especial, un olor, un sonido, una persona parecida-nunca-igual, una copa que se cae, un marco de fotos que se rompe, o lo más habitual, encontrarse a alguien en el sitio -o en el momento menos esperado. Si, justo allí.

Encontrarse a alguien por casualidad, no es casualidad. Son frecuencias que se atraen por algún motivo. A veces es alguien en quien piensas (o con quien sueñas). A veces incluso es alguien que preferiste evitar en su momento, por decisión propia o porque las circunstancias te arrojaron a ello. Olvidamos que todas las batallas en la vida sirven para enseñarnos algo, inclusive aquellas que perdemos. Sobretodo las últimas.

Tal vez esa persona no tenía miedo a las dificultades: lo que la asustaba era la obligación de tener que escoger un camino, uno que significaba abandonar otros. Ese es el agridulce camino por el que transitamos. Esa es la dualidad, el yin y el yang que vive en nosotros. Hoy. Siempre.

Y aún así, está el bendito universo para recordarte que hay alguien allí, que siempre estuvo y que debes prestar atención a ese vínculo invisible. No porque signifique no te ha olvidado, porque esa página ya pasó, sino porque tal vez tu presencia es necesaria de otra forma: una voz amiga, un apoyo sin etiquetas, alguien en quien confiar, a pesar de no decirlo abiertamente. ¿Quién sabe? Es fácil pensar que no es una casualidad, lo difícil es saber que nos quiere decir Maktub.

O igual y después de todo, no hay ningún mensaje oculto en lo que llamamos casualidades. No lo se. Por mi parte, creo que estoy (re)aprendiendo a escuchar lo que el universo quiere decirme, pero de otro modo, uno más maduro, menos niño que ayer. Uno diferente. El universo es mucho más grande que todos nosotros y no creo que se equivoque. Esa es mi teoría.

Así es que la próxima vez que tropieces con alguien, solo detente un poco a pensar ¿Qué me quiere decir el universo? Quizás encuentres respuestas a preguntas que no sabías que debías hacer. Y te sorprendas. 

Publicar un comentario

HOME | ABOUT

Copyright © 2011 [ PØrQuE nØ pUEDØ dØRMiR ] | Powered by BLOGGER | Template by 54BLOGGER