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Archive for abril 2015


Hace tiempo que no escribía. Si, lo he escrito antes, lo he pensado muchas veces y sin embargo lo he vuelto a hacer, creo que la musa no me ha abandonado. Y ese terror a la página en blanco lo he superado hace mucho tiempo atrás. Estoy en mi casa del árbol, en mi espacio especial nuevamente y eso me hace muy feliz. Esa sensación de felicidad es mía. Me pertenece.

Pero es cierto, hace buen tiempo que dejé de soltar mis pensamientos de esta manera, hace tiempo que no disfrutaba de mis madrugadas, escuchando antiguos hits de los 90s con los audífonos puestos, para no despertar a nadie en casa, mirando un poco a mi alrededor y disfrutando un poco de este espacio que tenía abandonado.

Hace tiempo que no dedico algo bueno a alguien. Hace tiempo que no tengo pretextos para escribir: solía hacerlo con películas o canciones que daban vueltas en mi cabeza, pero a decir verdad, no he tenido ese cosquilleo en la espalda, que como muerte chiquita, viene junto a la inspiración. Hace tiempo que no pienso en tantas cosas y sin embargo están allí.

Creo que éstas reflexiones vienen siempre antes de un gran cambio, un viaje o un asunto sin resolver que, por cuestiones que aún desconozco, se vuelven presentes. A pesar de todo no he bajado los brazos, ni me he rendido ante nada, no he dejado que el fracaso entre a mi vida, lo he tomado deportivamente a pesar de mi desinterés por ese tena, he sacado una enseñanza de todo y he seguido caminando. A mi modo.

He limpiado mi alma, me siento diferente. Tenía muchas cosas guardadas, las he desempolvado, sacado de sus cajas y las he vuelto a ver después de mucho tiempo. Las he tomado en mis manos y las he dejado partir: todos mis recuerdos empacados han vuelto a ser objetos sin esa carga que les había otorgado: en manos de sus nuevos dueños, tal vez encuentren un camino y un destino (graciosa palabra) diferente.

Es difícil volver a escribir porque a pesar de mi supuesto orden, no tengo uno para escribir, es solo algo que viene a mi mente: ideas y palabras que dan vueltas en mi cabeza y pugnan por salir llegando hasta mis dedos haciendo mucho ruido. Algunas de las teclas de mi computadora ya están gastadas pero ¿qué más dá? Creo que esa es la idea, no pueden quedarse atrapadas.

No me olvidé de lo que prometí años atrás, he recordado mis días de colegio, mis restos de mi infancia, mis sueños antes de la realidad. Fue un tiempo lindo, cuando sentía que no encajaba, cuando faltaba un pedazo de cielo o una luz al final del camino. 

He escuchado la música de aquella época y la he sentido más mía, más cercana, con más significado. Antes acceder a algunas canciones era difícil pero actualmente, al alcance de un click, puedes tener tu propia maquina del tiempo pequeñita.

Recuerdo como con un suspiro llegaba la noche, cuando vivía solo, el tiempo se pasaba muy distinto, las noches eran largas, no habían estrellas, nubes, ni luna. Todo el mundo estaba ocupado en sus cosas y los día solo se sucedían. No tenía tiempo de pensar en nada más. Ahora con más tiempo libre y en una ciudad más tranquila tengo tiempo de sobra. 

Demasiado para mi gusto, pero algo me dice que esos días volverás y tal vez deje de escribir (otra vez) así que aprovecho el tiempo que me queda y lo sigo haciendo. 

Sufro, sufro porque lo merezco, porque la vida no es justa (suena a canción de Luis Fonsi pero es así), y siempre peleo con mi nuevo yo, me agarro a golpes contra el orgullo que me hizo perder algunos amigos y oportunidades de las que ya no tiene caso hablar. 

Ya estoy viejo, tal vez sea eso, reflexiones de un viejo algo cansado pero bueno, ya no hay vuelta atrás, como dicen todos soy un adulto: aunque siento que mi (tonto) corazón sigue siendo pequeño y débil. 

Hoy he vuelto escribir porque siento que vale la pena, sin motivo aparente he vuelto a hacerlo porque no encontré razones para no hacerlo. Tal vez quiero seguir siendo la anónima compañía de algunas personas que me cuentas sus cosas como hace unos años atrás, he vuelto a escribir porque de cierta manera crecí con todo este desorden en mi cabeza, aprendí a vivir con todas esas voces, soñar con ellas y los convertí en palabras.

Las frases vuelan, las voces están allí: arrugo un papel en mi mente y vuelvo a la idea principal. Es gracioso como pasa todo y no poder explicarlo a ciencia cierta, todo vuela de aquí para allá pero no logro atraparlas del todo. Sé que todo, absolutamente todo tendrá un (nuevo) final, pero no sé porque sigo empeñado en continuar. Aún es mi momento, todavía quedan muchas ideas por aquí y por allá. Ya no hay más que hablar, necesito seguir escribiendo.


AQUELLA EXTRAÑA SENSACION Full View



¿Es difícil es olvidar un gran amor? Esa era la pregunta que plantearon en TV hace unos días. Presentaron un experimento en video (que ya es un viral) con soundtrack especialmente compuesto para la ocasión y los resultados fueron bastante 'interesantes'. ¿Qué ocurre al reencontrar a personas que en un momento dado sintieron un amor muy fuerte y que por circunstancias de la vida no pudieron estar juntos? 'Amores de infancia con 14 o 15 años´, ´El amor de mi vida´, ´El chico que mejor me ha hecho sentir pero el que peor me ha hecho sentir también´ y 'La única persona con la que he me sentido así' fueron alguna de las expresiones presentes aquí.

Muchas de estas personas ya tenían pareja según propia confesión o viven felizmente casadas, pero todavía sienten que tuvieron ese gran amor (y que lo dejaron escapar). Luego las mujeres abandonan la escena y aparecen sus 'amores' con una venda en los ojos que se quitan cuando están frente a frente y las reacciones son de lo más variadas.

Entre las parejas que participaron puede notar cariño, amor, besos y algunos imposibles. Todo ello (y un par de discos de Coldplay) me llevaron a escribir y reflexionar sobre todo el tema y a sacar algunas pequeñas verdades en base a mi experiencia: 

Los grandes amores (si lo son) sobreviven al odio más no a la distancia. Se convierten en recuerdos a veces felices, otros dolorosos. A todo gran amor del pasado se le rinde homenaje llorándolo, creo que no hay otra forma y sin palabras de hacerlo. No existe otra. Claro no hay que abusar, sobre todo si lo acompañamos de canciones-corta-venas-greatest-hits-volumen-n.

¿Existen amores inolvidables? Seguramente. No lo sé, la literatura nos brinda muchos ejemplos basados 'en la vida real' creo que en vez de ello existen esos donde amaste, te amaron o sencillamente terminaron odiándose. Un gran amor es siempre un presente, así sea pasado, porque de aquel aprendiste algo importante (o sigues aprendiendo).

Muchos grandes amores se terminan por pequeños errores. Esos que no se conversaron o que esperamos se resolviesen por si solos. A veces uno mira ese gran amor desde lo lejos y sabe claramente que nunca volverá. En ese momento ya no te duele, solo te pesa. Recordar amores del pasado lleva inexorablemente la reflexión de lo que hiciste o te hicieron para perderlos.

Cuando un gran amor se termina, parte de la vida de uno también se muere un poco (tal vez por eso las lagrimas están asociadas a todo el proceso). El error es un gran asesino de amores.

La reflexión que podría poner en negritas es la siguiente: Uno es del tamaño del error que ocasionó que se perdiera el amor de tu vida y es que si uno supiera de antemano que el amor duele tanto, tendríamos muchísimo más cuidado en la forma como amamos y a quien escogemos, pero nunca hacemos caso a la razón, sino al corazón (riman, pero son totalmente opuestos).

Yo en lo personal nunca he tenido rencor a quien he amado profundamente así me haya hecho mucho daño, pero si me he alejado para siempre. A veces nos damos cuenta que fue el gran amor de nuestra vida, cuando él o ella está con su gran amor de su vida (típico). Uno siempre logra superar los amores del pasado (pero que difícil es): no son cuentos, el proceso el doloroso ¡y lo sabes!

A veces el más grande error que hace perder un gran amor es justamente el  haberte enamorado de esa persona, al perderlo te das cuenta que retroceder el tiempo es imposible y solo pasa en las películas. Los finales felices son pocos, están allí pero no para todo el mundo.

¿La contradicción principal? Perder un gran amor, lleva a maldecir el amor y aun así, seguir amando. Siempre pensé que, a veces, los amores llegan tarde o tú estas demasiado temprano. A veces no sabemos amar, otras veces si sabemos, pero el otro no. Al final de todo este asunto, el amor y yo hemos tenido muchas batallas, pagamos los platos rotos y seguimos en la lucha: Yo sin ti y tú sin mí.

GRANDES AMORES, PEQUEÑAS DISCULPAS Full View



Cuando la poesía ya no sirve para el desahogo, algunos empezamos a utilizar la prosa como catársis ante la necesidad de comunicar lo que sentimos. Siempre he admirado tu actitud poética para decir las cosas, sobre todo en tu blog; pero nunca los pude hacer cara a cara. Tal vez es algo que todo el mundo te dice y no quise ser uno más. A mi modo, solo lo he podido hacer ciertas declaraciones por este medio, sin poner nombres cuando a todas luces, algunos de mis escritos tienen nombre y apellido.

Se que prometí además no repetir errores pasados, pero valía la pena intentarlo una vez más. Ahora frente al ordenador le digo lo que no pude hacer contigo (d)años atrás. La última vez que supe de ti, fue hace tanto tiempo que no sabría decirte cuando fue exactamente. Como en una película de David Fincher, me conociste en un momento muy extraño.

Fue en el momento en el que no buscaba nada y tal vez lo encontré todo. Recuerdo que hubo un momento en que sentí que literalmente se me caia el mundo encima. Tal vez fueron las cosas que (no) nos dijimos o las que quedaron a medias pero sentía que tenía un importante pendiente. No me atreví a decirte muchas cosas porque sentía que ya las sabías. Y luego, simplemente fue silencio.

Se cayeron todas las paredes de la casa que creía construir, las ideas de futuro que tenía en mi cabeza se quedaron en una caja de mudanza un tanto más lejos que la última vez y aunque te suene extraño ahora, extraño nuevamente esos momentos: risas, llamadas, reuniones y compartir con una aparente extraña lo que pasaba en ese momento en mi vida sin darme cuenta. Dejaste de ser una extraña cuando menos lo pensé. Antes del silencio lo intenté todo y u poco más pero (ya) no querías oírme. Ya no estabas tú.

Solo tenia algunos recuerdos en la mente ya que todas las evidencias de que no eras un sueño se esfumaron, no habían fotos, no había nada, solo lo que yo podía contar que era poco porque eso también se quedó en ese viaje del que aún no retorno. Esta vez solo era un boleto de partida, no había porque mirar atrás. Te soñaba sonriendo. Siempre sonriendo. Y eso era suficiente para mi, creer que fue lo mejor para ambos.

Prometí no volver a aquella puerta que se cerró y es como si hubiese lanzado la pregunta al aire una última vez. Pero vaya que la vida te da sorpresas, bastante agradables a decir verdad.

Cada vez que cierro los ojos, pienso en todas las conversaciones que perdimos, en tu risa de fin de semana que esperaba con ansias, en tu impuntualidad bonita y de coloridos lentes que me hacía sonrojar. Siempre sentí que teníamos una conexión especial de esas que hablan en las películas, pero no de un modo cursi. Es ese tipo de conexión que no hace falta demostrarla con señales y que sin embargo está allí. ¿Aún esta allí?

Hoy, tanto tiempo después he vuelto a saber de ti. He vuelto a leerte y recordar todo de golpe y es que en una época lejana, extrañamente fui feliz. No me preguntes por qué, pero lo he hecho. No me preguntes como pero todo ha regresado, más calmado y menos triste. Y mientras te leía, he vuelto a llorar así que debo culparte de mi momento kleenex esta semana.

A pesar de todo, quiero darle las gracias. Contigo y de una manera que nunca supe explicar en palabras, supe lo que era sentirse querido, supe lo que de verdad duele la distancia, supe lo que es levantarse cada mañana tarareando una canción de esperanza, sea cual fuere tu respuesta.

Hoy. Ahora. Después de tanto tiempo sin saber de ti, quiero darte las gracias por esos días que se convirtieron en meses, por los meses que se convirtieron en un año. Uno que, espero sepas, no olvidaré jamás. Ni las promesas (que nunca hicimos) y que sigo pensando, están allí. Gracias.

HOY, TANTO TIEMPO DESPUES Full View

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