Escribir en un blog es quizá es una de las labores más solitarias y difíciles que existen. Si, lo digo con conocimiento de causa. A pesar de no tener la presión de terminar un articulo, comentario o crónica como los escritores profesionales creo que damos vueltas sobre el mismo punto que los profesionales: la aparente e inspiradora soledad para terminar aquello que vino a nosotros en forma de inspiración y que por allí trata de escapar.
¿Quién no ha preferido una noche solitaria para revisar un escrito o para iniciar una nota y revisar la ortografía o releer un manuscrito. Aunque podemos estar acompañados de buena música, un cigarrillo a media luz o una buena taza de café bien cargado, este es un trabajo que preferimos realizar sin una compañía verdadera. En soledad.
Recalco que es una labor difícil porque conseguir estar inspirado en realidad por momentos puede ser toda una odisea, ahora tenemos muchas distracciones alrededor, como nuestra mal ganada adicción a las redes sociales; de hecho que nos ha hecho perder el hilo conductor de nuestro trabajo en más de una ocasión. Es por ello que muchos preferimos escribir de noche y en la soledad de nuestra habitación. No hay mejor espacio de trabajo que éste.
Particularmente prefiero la medianoche cuando todos duermen. Me gusta escribir en un lugar apartado del mundo, por así decirlo, cargado de mis audífonos y un buen playlist no molesto a nadie y creo un adecuado espacio de recepción de ideas. Me transporto a donde me siento mejor y donde es más fácil ir tras la idea traviesa que intenta escapar pero que finalmente se rinde ante la página en blanco.
De hecho apartarnos del ruidoso mundo no es fácil porque algunas ideas se perderán irremediablemente. Felizmente otras no. Para quienes hemos vivido solos creo que es un tanto más fácil, pero para los que no, puede ser más difícil encontrar la dosis de inspiración diaria, incluso si empezamos motivados sobre todo con los modernos distractores alrededor: prohibido emails y redes sociales (con sonidos irritantes incluidos). No existe 'un minutito' para revisarlos.
Las mejores ideas vienen cuando no las buscas. Eso es un hecho. Por tanto, no hay necesidad de perder tiempo intentando alguna formula mágica, cada uno tiene una particular forma de iniciar el reto de escribir: en silencio, con música, prendiendo un incienso, leyendo previamente algún comentario, tomando una idea que apuntaste en un post-it tiempo atrás y un largo etc.
Quienes encontramos pasión al escribir, antes que nada, somos observadores por naturaleza. A pesar que en algunas oportunidades las ideas nos caen como hojas de un árbol en otoño, la mayoría de ellas no vienen ´de la nada´ siempre necesitan experiencias previas a las que vamos dando forma, creo que esa es nuestra misión. Empezamos creando en soledad pero esperamos la compañía que viene cuando lo que has escrito tiene respuesta en un comentario anónimo o una crítica (constructiva) a lo que hemos creado. Vaya ironía ¿verdad?
Es por ello que siempre es importante mirar a nuestra alrededor, una gran idea puede surgir de una idea cotidiana: hay mil historias esperando ser descubiertas: entonces si te gusta escribir tambien mira una buena película, lee poesía y sobre todo vive mucho y escucha: cuanto más sepas del mundo en el que estás, más fácil te resultará conectar todos los puntos.
Aún así, quienes escribimos sabemos de antemano que es un oficio solitario por naturaleza. Desde el momento en que tomas la decisión de escribir sabes que la soledad va a ser tu única compañera de viaje porque tu entorno no te va a apoyar en absoluto y te dirá que escribir es ´de locos´, que pongas los pies en la tierra en vez de perder el tiempo aquí y que actualmente nadie lee como antes traducido simplemente como mejor-haz-algo-productivo-con-tu-vida.
Algunos somos bastante testarudos y seguimos al pie del cañón felizmente: soñando, creando, insistiendo, escribiendo, corrigiendo, comentando, compartiendo y viviendo a través de nuestras lineas. Dicen que por eso para dedicarse a escribir hay que intentar tener la mejor relación posible con uno mismo dado que es con quien vamos a compartir todo el tiempo nuestras creaciones. Así que aquí vamos, es tiempo de crear algo nuevo. El escribir será para algunos (poetas y locos) nuestra válvula de escape por excelencia.